Intervención de Christiane Alberti, Presidente de la AMP

Christiane Alberti *

Permutación

Hoy, es una ocasión memorable, pues es la primera permutación del Consejo NELcf bajo los estatutos que, en la presente gestión, fueron legalmente inscritos.

Para mí es un honor acompañarlos en este acto significativo para nuestra comunidad.

En 2023, la NEL celebra su vigesimotercer año de existencia.

Una permutación es esencial, no es solamente un acto administrativo. Ella permite medir que la NELcf es capaz de atravesar el tiempo, por medio de esta transmisión de un Consejo a otro. Ella se ha vuelto una comunidad viva, que sabe dar pruebas de su existencia.

La permutación del Consejo testimonia de la estabilidad de esta Escuela. Una permutación es siempre un momento importante, pues es la ocasión de una actualización y de una transmisión que no es únicamente administrativa.

El momento de la permutación permite entrar con pie firme en la vida de la asociación. Y la vida de la asociación comienza por su aparato de gestión, que es plenamente solidario de lo que es la NELcf. Se pone a la tarea de la gestión financiera, de la actualización del anuario, de las listas de difusión, lo que hace percibir de entrada a una gestión como rigurosa y necesaria para garantizar la duración de la asociación. ¿Para qué objetivo? El de una gestión propicia a hacer proyectos para el desarrollo del psicoanálisis en los países que la NELcf reúne.

Las cotizaciones son algo más que cotizaciones, un anuario es siempre algo más que un anuario. Es algo aún más verdadero para la AMP. Es algo que J.-A. Miller subrayaba en 1994 en ocasión de la creación del primer anuario de la AMP que reunía a 590 nombres; más que un anuario, era el símbolo "de un reconocimiento mutuo" ganado en una ardua lucha, cuando todo trabaja en el sentido de la divergencia: la diferencia de las lenguas, la distancia geográfica. Entonces sí, también para la NELcf es un símbolo del reconocimiento mutuo de sus miembros.

La permutación es también "una primera vez" de la Escuela siempre en recomienzo, como lo propone JAM. Ella modera, regula los automatismos institucionales, limita la rutina, los malos hábitos a los que los psicoanalistas no escapan.

La permutación es también la oportunidad de valorar el camino recorrido, del que el último número, el número 6 de "La Carta del Consejo. Puntos vivos" ha dado cuenta de manera muy viva. No voy a retomar todos los elementos de este informe, pero quisiera señalar dos cosas notables y por las cuales se debe agradecer vivamente al Consejo saliente.

Es un Consejo que, gracias al deseo decidido de su presidenta, ha ido al encuentro de sus miembros, sin dudar en desplazarse, por ejemplo, hasta Bogotá. Esto es muy importante no solamente para la convivencia, sino también, y sobre todo, porque de esta manera el Consejo ha sabido estar presente en su Escuela al lado de sus miembros: se vuelve una realidad investida libidinalmente en la vida de cada uno.

Es un Consejo que no se quedó satisfecho con las realizaciones pasadas y ni siquiera con las propias, que no se conforma y trabaja para el futuro: está completamente orientado hacia el porvenir. Lo esencial está por venir, y desde hoy comanda bajo la forma de una causa del deseo.

Puedo testimoniar, por medio de los intercambios muy regulares que he podido tener con Raquel Cors, que su política de Escuela ha sido impulsada por ese deseo de un porvenir que dure largo tiempo; fue una presidencia encarnada, más que personalizada.

Entonces, por todo esto podemos manifestar nuestra gratitud, nuestro reconocimiento al Consejo saliente y en particular a su presidente Raquel Cors, deseando lo mejor de una Escuela de psicoanálisis al Consejo entrante.