Boletín #9

La próxima sesión del Seminario de Formación Lacaniana, SFL, tendrá lugar el 11 de julio bajo la pregunta "¿Qué anudamientos entre cuerpo, imagen y lenguaje posibilita el concepto de imagen reina?" La expositora será María Hortensia Cárdenas y las sedes encargadas de provocar la elaboración de la NEL son Guatemala y Maracaibo. En este Boletín encontrarán un excelente trabajo de Lorena Greñas con puntualizaciones en torno a la bibliografía sugerida para este encuentro, "La imagen reina", de J. A. Miller.

Recordamos que el seminario se desarrollará como una videoconferencia por Webex y apunta a que se dé una dinámica con la modalidad de una conversación. El horario de la sesión es el de las 11h, hora de Nueva York y la duración, una hora y media.

¡Buena lectura!

José Fernando Velásquez - Mónica Febres Cordero

Cornelia Hediger (1967 - )
Suiza
De la Serie Doppelgänger II (2011)

La Imagen Reina… ¿Es una realeza última?

Por Lorena Greñas
NEL - Guatemala

Primera Parte
"¿Es una realeza última?" [1] se pregunta J.-A. Miller al afirmar que la realeza de la imagen reina, si ella existe, realiza una captura significante del goce. Cabría afirmar que la imagen reina realiza un "anudamiento" significante del goce. Al investigar la definición de "realeza" encontramos que ésta hace referencia a la condición de aquel que ostentando el título de rey/reina ejerce la soberanía de un territorio y por lo tanto, detenta el poder y el dominio de un ámbito.

En esta línea, Miller se pregunta por cuales son las imágenes que dominan en lo imaginario, al menos cuando se trata de psicoanálisis. Encuentra tres: el propio cuerpo, el cuerpo del Otro y el falo. Tres imágenes reinas, nos dice, todas del cuerpo, cuestiones del cuerpo.

Las imágenes reina, dice Miller, tienen fascinación por el cuerpo y aquí señala que la prevalencia única de la mirada en comparación con el mundo animal denota una cierta falta de armonía del hombre con el mundo; hace además una precisión e indica que se trata de imágenes que están bajo el imperio de la mirada. La mirada, nos dice, es "lo sin imagen", es "el plus", no es una imagen reina. ¿Qué implica esta supeditación?

Miller nos brinda una clave al señalar que Lacan propuso una nueva teoría de la imagen, en la medida en que el campo de la percepción es interrogado por él a partir del deseo y del goce: "Sólo veo desde un punto, pero en mi existencia soy mirado desde todas partes […] El ojo y la mirada, ésa es para nosotros la esquizia en la cual se manifiesta la pulsión a nivel del campo escópico". [2] Con la introducción de la pulsión Lacan también ubica la función del objeto a en la dimensión escópica. Dice: "El objeto a es algo de lo cual el sujeto, para constituirse, se separó como órgano. Vale como símbolo de la falta, es decir, del falo, no en tanto tal, sino en tanto hace falta. Por tanto, ha de ser un objeto – en primer lugar, separable – en segundo lugar que tenga alguna relación con la falta […] a nivel escópico, no estamos en el nivel de la demanda, sino del deseo, del deseo al Otro". [3] En la cita aparece la articulación del objeto a con la castración (-φ) .

En el texto de 1995, "La imagen del cuerpo en psicoanálisis" [4] , Miller afirma que "nuestra referencia en cosas de imágenes es la castración" – ubicándola en el lugar del Otro –. Dice: "No solamente escribimos i(a) sobre (-φ) como secreto de la imagen, sino que utilizamos también el matema que nos da el objeto pequeño a sobre – o como colmo – del (-φ), de la castración:

i(a)
a
(-φ)

Se trata entonces de la articulación del Uno al campo del Otro permitiendo coordinar – "anudar" – al sujeto con su goce. ¿Acaso esto no implica la coordinación de algo de subjetividad al cuerpo hablante?

Por otro lado, en "La imagen reina", J.A. Miller establece una homología entre la expresión "imagen reina" en lo imaginario con la expresión "significante amo" en lo simbólico. Señala además que la "imagen reina" es el elemento del registro imaginario así como el "significante amo" es el elemento del registro simbólico, pero aclara que sólo podemos hacer definitivamente de la imagen un elemento del registro imaginario si hacemos de ella un significante. Sin embargo, establece al menos una diferencia entre ambos al señalar que la imagen reina no representa al sujeto aunque se coordina con su goce. Se trata entonces de una imagen sin efecto de predicado, sin significación, solo como nominación.