Boletín #10

Cornelia Hediger (1967 - )
Suiza
De la Serie Doppelgänger II (2011)

La Imagen Reina… ¿Es una realeza última?

Por Lorena Greñas
NEL - Guatemala

Segunda Parte
En relación al cuerpo, sabemos que a diferencia de los animales, el ser hablante "tiene" un cuerpo y no "es" un cuerpo. De esta cuenta, Eric Laurent nos dice que Lacan expone dos fuentes del cuerpo: la primera es el cuerpo ligado al sistema identificatorio y es el estadio del espejo y la segunda, a partir del sistema pulsional: "Es un modo de tener un cuerpo, un cuerpo como nasa de goce que no se define a partir de la forma. Es un cuerpo libidinal presentado de tal modo que está en oposición al cuerpo-imagen". [1] Dice que, a partir de lo anterior, cabe preguntarse cómo tener un cuerpo sin tener imagen, un cuerpo de pura experiencia pulsional. ¿Puede prescindirse de la imagen, de ese narcisismo? La separación del cuerpo y su fijación más allá del narcisismo llevó a Lacan a interesarse en artistas y escritores – Joyce, Marguerite Duras, Claudel, Corneille – para situar el más allá del narcisismo.

De esta cuenta, Laurent nos dice que el artista es un sujeto que trata de definirse por medio de su producción – de su síntoma – más allá del narcisismo. Se pasa – nos dice – del cuerpo como forma al cuerpo como enforma. Introduciendo la estructura que desarrolló Miller en su curso Extimidad a partir de la función del conjunto vacío en la que los diferentes significantes repiten la diferencia respecto de ese conjunto vacío – una estructura de enjambre de S1 así como una estructura enforma. Se trata de una estructura que se define por fuera de la imagen, una tentativa de definición de la relación del sujeto con su máquina de atrapar (¿anudar?) el goce que es su cuerpo. [2] Lo anterior le lleva a afirmar que dicha estructura, al estar definida por fuera de la cautivación de la imagen, supone asimismo poner en tela de juicio a la percepción.

Laurent nos recuerda que dada la pregnancia de la imagen del cuerpo en el sistema perceptivo, se efectuó el coloquio en Brasil sobre el tema de La imagen reina donde se exploraron los restos infranqueables de la relación con lo imaginario, el capitoneado del cuerpo por medio de la imagen fálica como límite. Sin embargo, la estructura de enforma implica un abordaje radical. Lacan – dice Laurent – habla de ese broche del cuerpo con el goce en la zona pulsional como lo que sería del orden de un <<narcisismo radical>> . "Lo real en juego en el objeto pulsional, lo real del goce, no es del orden de un objeto del mundo, no es un objeto de representación". [3]

Volviendo a la pregunta del inicio cabría entonces afirmar que en el dispositivo analítico – ante el naufragio de las imágenes –, ¿se trata de ponderar en cada caso, cuál es la "realeza" de las imágenes reinas para ese parlêtre, pues al tratarse de los elementos que dan consistencia al registro imaginario y por ende al cuerpo, habrá que sopesar cómo aventurarse más allá, en el imperio que las rige?