LA ESCUELA

Discurso cierre de Gestión CE de la NEL
Gestión 2016-2018

Clara M. Holguin

Queridos miembros de la NEL, colegas, amigos. Agradezco su presencia.

Querida Angelina Harari, Presidente de la AMP, Flory Kruger, Presidente de la FAPOL, Colegas de nuestras queridas Escuelas, la EOL, EBP y la ECF. Además de alegrarnos con su presencia, testimonian en vivo de la comunidad de la AMP.

La permutación es un momento importante para nuestras Escuelas, punto de capitón que relanza la vida de Escuela. Sí eso, la vida de la Escuela, para que la Escuela viva.

La NEL tiene la particularidad de abrir cada ciclo o gestión con su Jornada, un momento de encuentro entre miembros puestos al trabajo. Una tyche que re-nueva el compromiso. Estamos aquí, para finalizar una gestión y abrir otra.

¿Desde dónde hablar? No podría ser otro el lugar más que desde la función que me correspondió y a la que consentí, presidir la Escuela. Lugar que asumí con entusiasmo y con la firme decisión de transmitir lo que era para mi causa, tanto como analizante y como miembro de la NEL, el deseo de Escuela. Quisiera compartir con Uds por qué esta función ha sido una experiencia subjetiva, desde donde espero, pueda también transmitirles el lugar privilegiado que tiene la escuela como parte de nuestra formación.

La primera pregunta que me hice hace dos años fue ¿Qué y cómo aportar a una comunidad de trabajadores decididos, empeñados desde hace más de 16 años (momento en que asumí) en sostener el discurso analítico y construir una institución digna de él?
La diosa de la buena fortuna, que no es más que hacer de nuestro destino algo distinto, mostró los efectos de formación de ese esfuerzo. "Habemus pase", agrego, en casa. No papa, pase. La Escuela Una en acto se introdujo y como evidencia, hoy contamos con dos AE. A María Cristina Giraldo, le sigue Raquel Cors, a quien escucharemos durante nuestras Jornadas.

No hay serie aun, pero es un comienzo. No hay vuelta atrás.

La orientación estaba trazada.

La pregunta retornaba, ¿cómo caminar con lo que teníamos entre las manos"?, para tomar las palabras de María Cristina Giraldo. Una solución para ella, que no era la mía, más, me enseñaba que había una solución para cada quien y vez por vez y no un para todos. Primera enseñanza.

Contaba, sin embargo, con el discurso analítico como brújula.

Así procedimos. Como solíamos decir en cada una de nuestras reuniones semanales, frente al programa de trabajo, las situaciones, los impasses, etc. ¿cómo pensar "eso" analíticamente? ¿Qué haríamos si fuese nuestro paciente?

La NEL fue puesta en el diván. La pusimos a hablar … interpretamos.

Que nos presidiera en todo momento el discurso analítico, no evitó que la función que sosteníamos, nos hiciera malas jugadas, porque sabemos que ella, -la función- en tanto que simbólica, es siempre universal. Advertidos, sin embargo, mantuvimos como principio, contrariar el "para todos". Fue este nuestro atrevimiento subversivo.

Aplicamos el principio analítico "que todo criterio es en cada cosa el psicoanálisis", al desarrollo de la institución, las admisiones, las permutaciones, el dinero, las publicaciones etc. Desde allí, tomamos decisiones políticas, que se extendieron desde hacer inversiones económicas para tener una Escuela acorde a las condiciones de la época, hacerla existir legal y estatutariamente, hasta dar lugar al Otro de la Escuela, cuando insistía la presunción grupal o ausentarnos en otros lugares cuando la presencia del Otro era excesiva. No siempre estas decisiones fueron agradables, otras tantas veces incomodaron, incluso a veces, no fueron acertadas, lo que supuso su rectificación. Como saldo extraje que, frente a la imposibilidad de estar a la altura de la función, debía mantener la pregunta, ¿cómo poder estar a la altura de mi deseo, que me hacía ocupar este lugar, esa función?

Haciendo uso de las funciones de Mas Uno y la extimidad, como aliadas para no erigirnos en la función y más bien, vivificarla, pudimos hacernos presente en cada rincón de nuestra Escuela. Si la función del Mas Uno, reverso del jefe, encarnó un deseo decidido para que la "práctica" de nuestros practicantes tomara su justo lugar, a través de los carteles, dejándonos enseñar por ellos; la función de lo éxtimo, además de permitir descompletar el Comité ejecutivo a través de la comisión del Seminario de Textos Políticos (STP) y el Consejo Federativo, mostró que la NEL funciona con el régimen de la extimidad. No tiene centro geográfico. Haciendo uso de eso que nos constituye, se apostó para que la escuela y el Uno de su orientación tomara cuerpo en cada sede/delegación.

Para ir un poco más allá tuvimos que dejarnos enseñar por el analizante-NEL, que poco a poco y consintiendo a lo que hay y no al ideal, descubrió el camino a seguir. Ella, la Escuela, no es sin lo múltiple. Tomando el síntoma local como digno partenaire de la política que nos orienta, el pase fue puesto a hablar, se introdujo su lógica cómo política para agujerear nuestra institución. Tiempo de subjetivación, donde los miembros y los practicantes que somos, junto a las Sedes que constituimos, fuimos interpretados. El resultado fue poner al trabajo una escuela de analizantes, que cada uno, que cada Sede se interrogara desde este lugar, para dar vida a la idea de que no hay experiencia de escuela sin experiencia analizante.

De este modo, los nombres de los síntomas locales, tales como lo extranjero, el saber y el lazo, entre otros, localizados por los miembros (en sus Sedes/Delegaciones), fueron puesto al trabajo, abriendo la posibilidad de subjetivar desde allí la lógica del pase. Tiempo de comprender que permitió hacer aparecer nuevas coordenadas de orientación para pensar la institución y las sedes, pero también nuestra acción, de modo tal que el síntoma como impasse, se releva en un síntoma solución, bajo los nombres, lo éxtimo, el no-todo y el lazo sinthomático, etc.

Algo decanto como una fórmula para mí.

Una fórmula que me permite nombrar e interpretar el recorrido de la Escuela-sujeto-NEL durante estos dos años y el mío propio como presidente, a saber: Una escuela a "su" medida.

Una escuela a su medida está acorde al concepto que la constituye. Hace uso de los dispositivos y medios que están en concordancia con ella.

Una escuela a su medida, incluye la medida de cada uno, de cada sede/delegación, de cada miembro y asociado: su tiempo, ritmo, condición y deseo. Es decir, trabaja con lo que hay. Una escuela a su medida incluye la época que nos toca vivir. No escatimamos esfuerzos por hacer presente el discurso analítico y la libertad de la palabra allí donde el Otro totalizante quiere impedirlo, como fue y sigue siendo el caso de Venezuela.

Hemos renovado nuestro compromiso a través de la red Zadig. Tomamos partido. Tal ese el caso del apoyo decidido que hemos hecho a la carta abierta de nuestros colegas brasileros, en defensa de la democracia y en contra de todo aquello que apunte a limitar lo más singular. Recién empezamos.

Finalmente, la Escuela a su medida, supone también que esa medida, no sea normal, sea una sin-medida.

Si "todo el mundo es loco", consigna desde donde el discurso analítico puede subvertir la época, será necesario trabajar para que la locura de cada uno (sinthome), se constituya en nuestra herramienta política.

Más que Alicia en el país de las maravillas, donde todo el mundo es loco, y fue mi referencia en el discurso de inicio de mi gestión, nuestro esfuerzo y orientación, tendrá que ir en la vía de atravesar el espejo. Encontrarnos con ese "pun" del que nos habla Lacan, al que cada uno de los psicoanalistas debe ser sensible para desde allí saber-hacer en nuestra práctica y en la política.

Dijimos sí a la escuela, nuestro compromiso se renueva cada vez y solo hay un lugar desde esto es posible, la posición analizante, habrá que encontrar los modos para bordear ese agujero. Inventar, sabiendo que cada vez es un recomienzo. Se vuelve a nacer cada vez a partir del acto, como nos enseña María Josefina fuentes.

La tarea continúa.

Hora de pasar la posta, esa que se requiere para que la carrera continúe.

Antes de hacerlo, quiero hacer mis agradecimientos, no solo porque corresponde, sino porque cada uno de aquellos que quiero nombrar ha tenido una función y un lugar durante estos dos años.

En primer lugar, la AMP. El anterior bureau, Miquel B, G. Briole y Anne Gavinet, acompañó gran parte de esta gestión. Su apoyo fue irrestricto. Un reconocimiento especial para Guy Briole por su deseo decidido de poner en acto la defensa de la libertad de la palabra. Al Bureau actual de la AMP, y en particular a Angelina Harari, quien nos acompaña hoy, porque, incluso antes de iniciar su gestión como presidente de la AMP, ya estaba en la NEL. Le dijo que sí. Su respuesta ha sido inequívoca y orientadora, enseñando y poniendo por delante los conceptos analíticos, al tiempo que ha dado lugar a nuestro saber-hacer institucional. Sin duda, creo que hemos podido hacer un buen uso de ese Otro-AMP. Ella nos enseña.

A Flory Kruger, presidente de la FAPOL, de la que hoy la NEL hace parte. Un reconocimiento por la puesta en acto, de lo que nombraría como un deseo de extensión del discurso analítico a través de los observatorios y redes. Estos cada vez toman más fuerza y cuerpo en la NEL.

Quiero también agradecer a José Fernando Velásquez que vio lo que yo no había visto. Creyó en mi deseo antes de que yo lo hiciera, pero además porque de alguna manera él, que me antecedió representa también el camino que ha caminado la NEL, sin el cual no hubiese sido posible el recorrido que transitamos.

Al CE, quien decididamente confió en mi propuesta, me acompaño y sobre todo sostuvo y apostó por el deseo de pensar la escuela analíticamente. A cada uno de ellos, Marcela, Raquel, Claudia, Carlos y Gabriela. Ellos supieron dar cuerpo a su función, pusieron el cuerpo, y estuvieron dispuestos a mover la NEL. Funcionaron como una suerte de tratamiento de la voz (del superyó), contrariando el discurso del amo en acto, el mío, el de la época, el de la institución que nos atraviesa. Desde allí, se construyó un lazo de trabajo transferencial. Hoy, puedo decir que la NEL cuenta no solo con 4 miembros sino con 4 miembros decididos por la causa analítica. Son también, mis amigos.

También quiero decir gracias a:
La Comisión de STP, quien supo ocupar el lugar de extimidad. María Cristina Giraldo y Raquel Cors, como AEs y Piedad de Spurrier, en su calidad de consejera de la AMP, me enseñaron cómo desde distintos lugares la Escuela se requiere de una función interpretativa.

Al Consejo Federativo de la NEL, que consintió a querer un poco más. A querer tomar la palabra para autorizarse en ese lugar.

A Uds., Miembros de la NEL, que ha dicho Sí a la Escuela. Gracias por dejarse incomodar y también por dejarse entusiasmar.

En especial un reconocimiento al trabajo de los responsables de publicaciones, Bitácora y Fatctor @ (revista virtual que re-inauguramos), porque han sabido recoger la experiencia de escuela, en intensión y extensión.

Finalmente, no podría olvidar agradecer a esos amigos y amigas cercanos, sin los cuales sostener este lugar no habría sido tarea fácil (Gloria, Gladys, Pepita); a mi familia que conformó un "petit comité", como ellos se llamaron, para acompañarme decidida y permanentemente, en una causa que hicieron suya.

Con estos agradecimientos, dejo mi silla, con un saldo, más que de entusiasmo, de alegría, una satisfacción que constata lo que es para mí causa. Porque cuando se quiere lo que se desea, se está vivo, espero haberlo podido transmitir.

Finalmente, Marcela, quien ha dado suficientes pruebas para ocupar la función de presidir la NEL durante los dos próximos años. Quiero ofrecerte una batuta, una batuta especial, para que dirijas esta orquesta heterogénea, múltiple y transgrupal.

¿Qué tipo de batuta podría servir para ello? ¿Con qué batuta, hacer litoral entre el adentro y el afuera, entre lo interior y el exterior, entre lo uno y lo múltiple?

Solo encontré una. Una suficientemente "femenina" y flexible, una batuta-moebiana.

Se trata de un símbolo precolombino que hasta el momento ha representado nuestro instituto. Este tendrá desde hoy, si a Marcela le conviene, otro uso, el de un instrumento para dirigir la Escuela.

Para terminar, me anticipo a felicitar, a Marcela, como presidente de las jornadas que iniciamos; a la comisión epistémica y la comisión organizadora porque supieron recoger la experiencia de escuela, pero también hacer sus propias invenciones. A la Sede-MdMX que bien representa a la NEL, por acogernos en esta inmensa ciudad.

Mis mejores augurios para el próximo Comité Ejecutivo, el Consejo Federativo, que presidirán la NEL en los próximos años. En nombre de la NEL y sus miembros, nuestra confianza y respeto.

Muchas gracias.