ZADIG

El Debate Venezuela

Nº 6 | 2 de Mayo de 2017

El Debate Venezuela

En esta edición:


 

Editorial

por Miquel Bassols

A un lado del Atlántico, los Forums anti Marine Le Pen se suceden con un ritmo acelerado entre las dos vueltas de las elecciones en Francia. La pesadilla que se anticipa en Europa indica que la acción lacaniana deberá seguir más allá de los resultados que se produzcan. Tal como indicó Jacques-Alain Miller en el Forum de Bruselas del 22 de Abril, después de la época en la que Freud intentó restaurar, salvar la figura del padre del que se anunciaba el declive también en su función política, hemos aprendido, siguiendo la enseñanza de Lacan, que ese padre es sólo una manera, una ficción entre otras para sostener el sistema simbólico en el que toda política debe tomar apoyo. Hemos aprendido que hay invenciones diversas para cumplir esta función necesaria. Pero hemos aprendido también que en ciertos momentos de la historia es preciso una acción decidida para proteger las condiciones que hacen posible estas ficciones y estas invenciones. Ello justifica que los psicoanalistas de la AMP tomen hoy, por primera vez y de una manera explícita en nombre de su experiencia, una posición clara y decidida cuando se da una coyuntura que pone en peligro la libertad de la palabra, su sujeto mismo, ante el discurso del odio y de la exclusión radical del Otro.

Al otro lado del Atlántico, el pedido de intervención y de solidaridad dirigido por nuestros colegas de Venezuela a las instancias de la AMP ante la delicada situación que están viviendo ha sido el punto de arranque de un debate que va también más allá de los desenlaces posibles del conflicto. Las contribuciones han sido muchas, muchísimas, y diversas. Aunque en coyunturas muy diferentes a las de Europa, se trata también aquí de responder a un nuevo real que no se deja atrapar por las categorías clásicas de lo que Lacan calificó como la "ideología edípica" (cf. su "Proposición del 9 de Octubre de 1967") en la que se funda inevitablemente la toma de partido desde un análisis sociológico. La lectura de las contribuciones de este número dan cuenta de ello.

Tal como habíamos indicado, el viernes pasado terminó el plazo para enviar las contribuciones al Debate Venezuela. A pesar del ritmo sostenido de su publicación y de que hemos dado preferencia a las contribuciones de los miembros y asociados, quedan un buen número en el tintero de mi bandeja de entrada (que sí, sigue ardiendo...). Veremos qué destino podemos darle.

Comunicaremos próximamente las decisiones que surjan del balance de este denso y vivo Debate Venezuela.

Mis mejores saludos,

Miquel Bassols


 

El debate Venezuela: un debate por la existencia del Psicoanálisis

por Clara M. Holguín (Presidente de la NEL)

El Debate-Venezuela es inédito.

Digo que es inédito porque introduce en una escala mayor la discusión sobre —lo que es para mí una pregunta— ¿cómo los psicoanalistas de hoy enfrentaremos la hegemonía del discurso del amo, un discurso que se propone garante de la verdad y del saber total, sin agujero alguno?

Los efectos del orden simbólico en mutación que dan cuenta, como ya hemos estudiado en diferentes momentos en nuestro campo, de la decadencia del patriarcado y la caída del semblante, al tiempo que muestran lo real de la no relación sexual, ilustran lo que ha venido a inscribirse en ese lugar.

Así como "Laciencia" —escrita en una sola palabra, tal como ha sugerido M.H. Brosuse— funciona como garantía universal de lo real, podríamos interrogarnos —y en tanto se trata de un debate, pongo en consideración— si las formas actuales de la política que ejercen el totalitarismo, que podría escribirse "Lapolítica", no son otro intento de suplir el agujero bajo la forma de Uno que pretende "garantizar", "el bien" y "el orden", sin mediación alguna (haciendo del sujeto un objeto), como puede ser el caso de la derecha o la izquierda totalitarias. "Retorno sensacional del discurso del amo". Aquí no se trata —como señala J-C Milner— de revoluciones, sino de otras formas de surgimiento de lo real, momentos sin ley simbólica, que separa los derechos del hombre de los derechos ciudadanos. (Milner, J-C. Releer la revolución).

Como ha dicho Agnés Aflalo, hay una frontera entre las democracias y el totalitarismo, más allá del semblante que tome. Todo aquello que vaya en contra de la coerción de la palabra y el cercenamiento de la libertad como es el caso de la ciencia, la política o la religión, cuando toman el lugar significantes amo absolutos y sin dialéctica, deberá ser motivo para que nuestro "partido" que es el analítico, resista e incluso "salga de la reserva política". ¿No es este el peligro que nos acecha, como ya otros lo han señalado?

El debate sostenido por la AMP es un debate sobre la existencia del psicoanálisis. Nuestro deber es el de interrogarnos ¿cómo nuestras Escuelas, que dispensan la formación de los analistas, podrán responder a las distintas formas que toma el discurso del amo actual, en tanto que Uno absoluto?

La política del psicoanálisis: "Aguardo, pero no espero nada"

A contrario de la garantía absoluta de la verdad y el saber total, nuestra política se fundamenta en la paradoja de la garantía, irónica y singular. Como sabemos y solemos repetir, el psicoanálisis no está bajo control del Estado, no por ello, podemos evitar interrogarnos, como ha señalado JAM, sobre la "relación que los psicoanalistas queremos mantener con el discurso del amo en toda su generalidad". Esto supone que nuestra brújula sea la de un discurso que no es del semblante, incauto de lo real, para ir contra el todo y lo universal de la verdad y el saber. Por eso, aguardar y no esperar nada es la política del psicoanálisis.

No esperar implica dejar por fuera la esperanza y el sentido y observar, sin hacer el quite a la época ni a la pregunta por la verdad que en ella se abre, para responder, no al modo de "Laciencia" o "Lapolitica", sino por la vía interpretativa, es decir analítica, qué implica un forzamiento del Uno del goce (que no es el Uno absoluto), por el cual un psicoanalista "puede venir para hacer sonar otra cosa que el sentido", forzar una nueva escritura, que sin negar lo real o mejor dicho, porque engrana lo real, tiene un alcance simbólico, lo que hace del discurso analítico el único discurso que excluye la dominación.


 

Apostando al discurso analítico

por Gisela Cordido (Caracas)

Tratando de estar al día, intento oír algo de una emisora no relacionada del todo con el gobierno: esta recuerda la marcha pautada para el 19 de Abril, día en que se celebra la Independencia de Venezuela (1810) y la titula "la mamá de las marchas"; documentadamente advierte de la presencia de 500 milicianos armados que enviará el gobierno a la marcha. Informa también que en las últimas semanas han muerto 19 pacientes de hemofilia porque no se dispone de medicamentos.

La transmisión es interrumpida, en su lugar transmite la voz del gobierno a nivel nacional: una "cadena" que informa tanto de los vidrios que rompieron "los fascistas de la derecha" en un local comercial, como del "plan terrorista de la derecha" a través de un audio que se oye muy mal. Asimismo anuncia que mañana será la "abuela" de las marchas" por parte del oficialismo.

Intento otro medio, enciendo la TV: en un espacio económico de una estación internacional el moderador expresa la confusión que plantea la cancelación de la deuda externa de Venezuela (1.850 millones de dólares) y se pregunta -ante la seguridad de pago que ha expresado el gobierno- cómo podrá cancelarla si la noticia económica del día es que las arcas del tesoro venezolano se han reducido a 10.000 millones de dólares y ahora no cuenta con el crudo venezolano.

Esta vez en Twitter leo que este nuevo avance de la oposición es diferente no sólo por la intervención de los líderes y el apoyo internacional, sino por el desabastecimiento de comida a niveles alarmantes, acompañado de la foto de un niño venezolano muerto que recuerda Biafra. Al rato, al teléfono, me comentan que el gobierno se sostiene sobre todo por la bolsa de comida llamada CLAP, que reparten mensualmente.

Pienso en mi práctica: atendí por Skype a alguien que se fue de aquí por hambre, ahora quiere regresar por su país y por su análisis, apenas llega a Venezuela el horror hace que de nuevo escape a un horror de vida que sin embargo tolera. Pienso en alguien que atiendo aquí: ha estado tranquilo, durmiendo y estudiando en medio de una urbanización acosada por el hampa y ahora por las bombas lacrimógenas y los disparos.

Asomar que nuestra situación es "confusa" me lleva a dar cuenta de una frase que está sobre el tapete desde hace unas semanas en la opinión venezolana: "por fin la opinión internacional entendió lo que pasa en Venezuela."

Observar cuanto ha costado durante años nombrar lo que sucede en Venezuela, una y mil veces, en una y mil formas, con ejemplos, cifras, imágenes, documentos, videos, pronunciamientos, peticiones internacionales, miles de exiliados en decenas de países, conduce a preguntarnos por lo inusitado del esfuerzo que hay que hacer para tener crédito, conduce a una pregunta: ¿Por qué no se cree, por qué cuesta entenderlo?, ¿Por qué en lo cotidiano desde hace años y ahora en los textos de este debate, asoma la necesidad de enumerar, mostrar, nombrar, y hasta apelar a conmover para hacer conocer la gravedad de lo que sucede y que se crea ?

¿De qué hay que disponer para que se crea? O más bien ¿Qué tiene que no se cree? Tiene: que no se puede creer. Que no se puede captar. Al menos con los discursos habituales. Que lo simbólico es insuficiente para captar ese real que en el caso venezolano se "muestra" obscena y descarnadamente adoptando la forma de la contradicción.

Estamos frente al real que supone toda contradicción. Y uno de los mejores ejemplos lo tenemos en el fracaso de uno de los mejores recursos a situaciones difíciles: dialogar. Lo real presente en lo imposible del diálogo.

Más bien, en vez de resolver la contra-dicción, esta es sostenida, tanto con el discurso de la izquierda como con el de la derecha, con la estadística de lado y lado, con las comparaciones o diferencias con otros países u otras épocas; es lo especular, sostén y tejido de la pulsión que así alimenta y perpetúa este malestar de la cultura en Venezuela.

Inclusive, la indignación y la angustia se topan con la impotencia que proporciona la contradicción, impidiendo la evidencia de intenciones canallas con ropaje de confusión.

El psicoanálisis dispone de un cuerpo de doctrina y su mayor principio es la autonomía del discurso analítico, que mantiene su diferencia absoluta con otros discursos. El discurso analítico, si lo dejamos librado a su lógica funciona y pudiese deshilachar algunos hilos, desenmascarar algo de lo que no puede ser nombrado, algo que pudiese precipitar en la novedad. Contar, como hacía Lacan en momentos cruciales, con el matema.

Por mi parte celebro y agradezco la oportunidad de este debate, convocado por la AMP con colegas psicoanalistas "on line", en momentos de graves tensiones mundiales: Francia, Siria, USA y Venezuela. Quien sabe qué podríamos producir…


 

Una lectura posible del grito y la ocasión

por Raquel Baloira (Caracas)

Un grito se escuchó desde la Nel Sede Caracas. Un grito que, sin duda, lleva la marca de la prisa.

Lo que singulariza el momento de concluir es que se adelanta a su certidumbre. Si no se acortaba el paso y se apresuraba la salida, se corría el riesgo de quedar pegado al goce del síntoma Venezuela, como bien lo nombró nuestro presidente de la AMP, Miquel Bassols, al identificar aquello que no anda en nuestra geografía.

Por consiguiente, el paso lleva la marca que implica suspender el tiempo de comprender. No en el sentido de rechazarlo, sino de lo que significa generar cierta disonancia en un decir que resuena en cada uno de nuestros cuerpos.

En la realización del acto que, en mi opinión, supuso el llamado de la Nel Caracas a los venezolanos, nuestra Sede subvertida hace de conocimiento público su oposición al goce sin límite de un amo que pretende someternos a una tiranía obscena y feroz que viola el Estado de derecho.

El carácter de interpretación que ha tenido para mí ese grito implica afrontar el propio horror al saber. Pudiéramos decir que ese grito se ha hecho escuchar ahora y no antes porque en cierta medida la interpretación es siempre cuestión de kairos, de oportunidad. Más aún, porque la acción lacaniana crea la brecha donde se aloja el sujeto y su goce, de tal manera que se pueda causar la posibilidad de hacer uso de los poderes de la palabra. Un ejemplo de esto es el Debate Venezuela.

Pero, también hay que decirlo, cuando la realidad roza el límite de lo soportable hay que saber exclamar: ¡basta! El tiempo apremia no por la urgencia del tiempo lógico, sino por las necesidades del cuerpo vivo que grita por todos los rincones de este país.

Entonces el grito que trae ahora la marca del desamparo, resuena en mi yo no quiero saber nada de eso, a la luz de los acontecimientos vividos; y reaviva en mi memoria un cuadro: "Estudio según el retrato del papa Inocencio X de Velázquez", de Francis Bacon.

Trescientos años después de que Velázquez retratara al papa, Bacon se sirve de esa imagen -que tanto lo había obsesionado- y la transforma en un grito desgarrador. Inocencio X, pintado por Bacon, no es portador de insignias ni de ideales. Hasta podría llegar a leerse que la función papal está puesta en tela de juicio o recrearse el hartazgo del padre, al cual se refiere Jacques-Alain Miller, comentando la novela de Cristine Angot, "Una semana de vacaciones".

Bacon descompuso la imagen del cuerpo de Inocencio X hasta volver trizas el sentido del cuadro original, haciendo de ese acto una obra que tiene valor de síntoma.

El cuadro de Bacon es una imagen muy característica de estos tiempos que corren. En Venezuela fuimos testigos, meses atrás, de cómo resultaron ineficaces los buenos oficios del papa Francisco para resolver la crisis.

Advertidos como estamos los psicoanalistas de la acción patógena del padre -a partir de las consecuencias que extraemos del acto analítico- nos abocamos en estos momentos aciagos a hacer un esfuerzo de poesía que pueda tener utilidad pública. Un esfuerzo que, al decir ¡basta! al reinado del padre gozador, apunte mejor hacia la función feliz que puede llegar a tener la paternidad, así llama Miller (1), a lo que alguna vez Lacan nombró como: humanizar el deseo.

¿No es en ese esfuerzo que arte y psicoanálisis se dan la mano?

En el seminario XXIV, Lacan explica que la proeza del poeta es producir con la letra un efecto de sentido y un efecto de agujero. Por consiguiente, homologa poesía con resonancia en el cuerpo; que es, se pudiera decir, lo que el arte nos demuestra cuando toca lo real. Es en este sentido que hay una relación estrecha entre arte y psicoanálisis.

Si en cada pincelada de Bacon resuena el grito de hartazgo frente a la caída de la autoridad paterna, en cada pincelada de Picasso resuena hoy, más que nunca, un grito de dolor por los caídos pero también un grito al restablecimiento de la causa republicana. Su obra el "Guernica" acaba de cumplir ochenta años.

Bacon y Picasso sin saber que sabían lo que nos enseñan, como llegó a decir Lacan de Marguerite Duras, siguen tocando lo real. En esa resonancia se aloja lo inolvidable.

"La ocasión la pintan calva" para emprender entonces el desafío que es la acción lacaniana. El refrán proviene de los romanos, para quienes la diosa Ocasión era una hermosa mujer. Hoy esa diosa tiene otro nombre: Venezuela, en el país del psicoanálisis.

NOTAS

  1. Miller, J.A., El niño entre la mujer y la madre. Virtualia Revista digital de la Escuela de Orientación Lacaniana. Año IV – Número 13 – Junio/Julio2005.

 

Apoyatura cívico-militar de un ideal imaginario

por Clara Kizer (Caracas)

Como es de todos conocidos, Venezuela vive hoy una severa crisis y muchos textos se han pronunciado sobre las causas que inciden en esta problemática. Centro mi atención en una de ellas que considero fundamental y que ya he planteado en un texto anterior.

Si como señalamos, desde hace mas de 17 años hemos estado sometidos a la escalada de un régimen autoritario y despótico, desde hace 4 años la situación que Hugo Chávez generó se ha visto incrementada a su máximo nivel, una vez que Nicolás Maduro asumió el poder y le ha agregado al discurso de Chávez un ingrediente novedoso. Ante una multitud que Maduro señala como "cívico-militar, éste grita desaforadamente: "Chávez vive", "Chávez, Maduro, Bolívar, Miranda, Guaicaipuro, Cristo, resurrección", "Chávez vive", "Maduro vive". La multitud vocea sus gritos con vehemencia, repetidamente, como un mandato ante el cual hay que someterse o como una religión que hay que seguir.

Si simplificamos las cosas y hablamos solo de "oposición" y "oficialismo" es con el objetivo de hacer más transparente nuestro escrito. La oposición se ha radicalizado cada vez más y la crisis en todos los sentidos se ha acentuado. No solo es que hay carencias en todos los rubros sino que ahora la confrontación toma una vertiente más dolorosa como es la división entre los propios venezolanos. Si la oposición llama a mantener la lucha, a sostener la rebelión con el cuerpo en las calles, Maduro convoca al oficialismo a una marcha simultanea y declara que un conglomerado "cívico-militar" está a sus ordenes.

La oposición, muy restringida e incluso privada del uso de los medios de comunicación masivos, utiliza las redes sociales para la transmisión de comunicados y videos, trágicos, angustiantes, sobre lo que está ocurriendo en las marchas y concentraciones. Maduro, por su parte, utiliza los medios para la transmisión de cadenas interminables donde sus lemas, insultos y amenazas, se repiten y para la transmisión de videos que muestran el poderío de los cuerpos militares instalados a todo lo largo y ancho del país, y el dominio que ellos implican. La oposición convoca a la presión del pueblo, a las concentraciones y marchas desarmadas y pacificas y a su desvinculación de todos los hechos de violencia, mientras que el oficialismo implanta con mayor severidad su represión policial y militar, su amenaza a las fuerzas y lideres opositores.

Las denuncias de un supuesto "golpe de estado" generado por la oposición y sectores extranjeros que la apoyan, tratan de mantener a la población en un estado de pasividad, inquietud y temor ante cualquier desacato del orden impuesto. Mientras las fuerzas opositoras tratan de mantener el sostenimiento de la presión cívica, el oficialismo sostiene las denuncias de una "guerra económica" generada por el capitalismo, el libre comercio, sectores y países también extranjeros que tratan de invadir y apropiarse del tesoro y el suelo venezolano. El anuncio de la posibilidad de una injerencia extranjera en tierra venezolana toma cada vez mayor cuerpo y con ella la compra desmesurada de armas para dotar a las fuerzas militares de los requisitos necesarios para un enfrentamiento, en desmedro de las posibilidades de instalación de un recurso humanitario y de la adquisición de los recursos básicos de sobrevivencia que hoy el pueblo necesita con urgencia.

"Chávez vive" no es un lema aislado. Su repetición, por más incesante, no hubiera bastado para causar los estragos que ha producido. El país está militarizado. Personeros del ejército han sido nominados para ocupar el cargo de gobernadores, alcaldes, y otras jefaturas, tradicionalmente ocupadas por civiles; el ejército, con Maduro a la cabeza, gobierna al país. La Asamblea Nacional ha sido descalificada y las leyes que imperan son las que promulga el Tribunal Supremo de Justicia, dirigido por magistrados elegidos a dedo por el Ejecutivo. La oposición plantea repetidamente su destitución. En esta situación las posiciones se oponen fuertemente. La oposición defiende la posibilidad de elección de una alternativa que supone un cambio radical en la dirección del país. El oficialismo está dispuesto a someter por las armas todo intento de sublevación. La situación es de vida o muerte.

Considero que estos elementos son puntos de sostén fundamentales en la crisis actual. Esta última semana de abril ha sido muy significativa. El lunes 17 una larga cadena destinada a la conmemoración del VII aniversario de la Milicia Boliviarana mostró con videos toda la extensión del poderío y la fuerza de los militares bolivarianos. El martes 18 a las 10 pm., Maduro instauró el Plan Zamora, destinado a la implantación de un régimen de progresivas etapas, cada vez más intensas, de acciones represivas y violentas contra el pueblo desarmado que inunda las calles. El miércoles 19 de abril, día convocado anticipadamente por la oposición por ser el día conmemorativo de la independencia nacional para realizar una marcha multitudinaria destinada a hacer presión para la instauración de un cronograma electoral, liberación de los presos políticos, posibilidad de una ayuda humanitaria de alimentos y medicinas, etc, el Gobierno convocó para ese mismo día una multitudinaria "concentración "cívico-militar".

El oficialismo sostiene una represión cada vez más fuerte. Los disturbios callejeros se repiten interminablemente. Los heridos y muertes se suceden en forma incesante, los saqueos a centros comerciales, comercios y a habitaciones familiares, también se repiten, la incidencia de fuerzas militares, paramilitares y de los llamados colectivos que a diestra y siniestra irrumpen en las calles entre las personas que pacíficamente asisten a los diferentes eventos convocados. El oficialismo reprime así con total brutalidad y pone en acto todas sus amenazas.

Sintetizando podemos plantear que el lema "Chávez vive" es un ideal imaginario, un fantasma que sostiene la organización "cívico-militar" encargada de llevar adelante la" revolución socialista" que Maduro dirige. "Maduro vive" es la reencarnación de Chávez y más aún "la resurrección de Cristo". Esta es la religión que se promulga y en cuyo nombre se ataca fieramente a quienes no la siguen. A esto se une en forma sustantiva, el enorme malestar que ha generado en el pueblo la severa crisis económica que atraviesa al país y que ha llenado de profundo descontento a personas de todos los sectores, que hoy se unen a los movimientos de oposición en busca de una salida alternativa para los venezolanos. Tenemos el ejemplo de personajes de la historia idealizados, de conceptos forjados al libre arbitrio de un Amo que dirige al país y que ambos, unidos: "apoyatura cívico-militar" y "Chávez vive", aliados a la severa crisis económica que hoy padecemos determinan los actos y discursos que dominan la situación política, económica y social que actualmente vivimos.

El mantenimiento y ampliación de las marchas opositoras, a pesar de los exagerados dispositivos represivos, nos dan indicios de que Venezuela une a su gente y despliega sus mayores fuerzas para lograr la instauración de una salida democrática.


 

¿Y si un día llueve en verano...?

por Erika Guedez (Barquisimeto)

Preguntarnos si es pertinente o no el haberse propiciado este debate, por qué Venezuela y no Haiti, Argentina, España o Brasil, etc; así como si esto se trata de la derecha o la izquierda, sería caer en el reduccionismo de algo muy complejo. Cercar la discusión a este terreno no hará más que afincar la brecha que se ha creado en cualquier parte del mundo, lo cual además sería especialmente delicado en las circunstancias actuales que se vive en Venezuela y de eso, ya hay suficiente.

El problema que aquí se nos presenta, no solo es del psicoanálisis, también es histórico. Por lo que es necesario traer sobre el tapete los escenarios posibles. No podemos opinar como si fuesen hechos aislados y menos aún lineales, tampoco podemos hacer un corte en el eje de la historia, puesto que se trata de entender lo complejo, múltiple y diverso. El historiador Marc Bloch nos diría "el hombre se parece más a su tiempo histórico que a sus padres".

Se trata también de pensar y analizar los efectos y no los afectos; por lo cual si se piensa desde el lugar de los efectos, creo que es importante analizar el tema del petróleo y éste no es el único escenario. Si tomamos esta arista, sabemos que el país alberga los más grandes y deseados yacimientos de petróleos y algunos otros minerales. También, es importante debatir respecto a los grandes intereses que a lo largo de décadas ha tenido y tiene el mercado internacional sobre el país y ya esto representa un gran problema. Es por ello que tenemos que pensar en la geopolítica mundial y lo sociopolítico. Para nadie es secreto el cerco que este gobierno ha hecho al mercado internacional y esto no ha sido sin consecuencias. Nuestros anteriores gobernantes a lo largo de décadas colocaban pañitos de agua ante los grandes monstruos de las trasnacionales, aquellos pañitos que permitían paliar el hambre y la ferocidad de estos grandes lobos que hoy se han desatado.

Este monstruo que se ha creado tiene historia, no se llama Chávez, Maduro, Cápriles ni Leopoldo López. Nuestra memoria histórica señala que se venía gestando un gran malestar porque los gobiernos de turnos se peleaban por el poder, bajo la insignia exclusiva de dos partidos políticos conocidos como AD y COPEI; producto del cansancio de los venezolanos y otras razones dieron lugar a la búsqueda de un Otro que quizás se pensó como el salvador, o se le ubico en el lugar del Padre, llamado Hugo Chávez Frías.

Entonces, ¿Y si un día llueve en verano? Es una frase que alguna vez escuche, la cual me permite pensar en… Qué pasa si tal cosa… qué pasa si tal otra… qué pasa si… por qué no plantearnos diversos escenarios. No sé si hemos salido de ese malestar social que permitió gestar el actual proceso o si más bien se ha agudizado. Lo cierto, es que actualmente viviendo bajo esta gran tensión, en los próximos procesos electorales habría que pensar ¿A quién se le dará lugar para que sea nuestro gobernante? ¿Qué tipo de intereses versan en mantener a un pueblo preocupado por la búsqueda de comida y productos de necesidades básicas? ¿Será que acaso estamos dormidos y estas preocupaciones no son más que nuestro opiáceo como bien dijo Freud, la droga que nos lleve a no pensar más allá?

¿Psicoanálisis en Venezuela? ¿Habrá una vía posible de hacer psicoanálisis saliendo de la permanente queja respecto a lo que no se tiene? ¿Qué haremos los psicoanalistas lacanianos venezolanos, apostamos y seguimos o nos vamos? ¿Qué dejamos a las generaciones actuales y a las que vienen? ¿Si la escuela está vacía, especialmente la de Caracas, acaso se va a extinguir el psicoanálisis en el país o es que no habrá generaciones de relevo? Estas y muchas otras interrogantes se abren.

Somos unos cuantos psicoanalistas los que apostamos a un Psicoanálisis posible en el país, pese a que no hay los medios ideales para llevarlo a cabo, pese a que no haya luz, o tranquen las vías para llegar a los consultorios o sedes, o que no vamos a los congresos ni jornadas y no podemos comprar las revistas, en fin… ¿Y si un día llueve en verano? ¿Verdaderamente algunas de nuestras sedes de la NEL en Venezuela están vacías sólo por la situación actual del país o habrá a lo interno prácticas segregativas ocultas que provocan la salida de muchos asociados, estudiantes de los CIDS y no sé si algunos de sus miembros? ¿Se habrán preguntado las directivas de estas Sedes por qué se van los miembros, asociados y estudiantes más allá de la situación-país?

A mi parecer, el psicoanálisis está en movimiento y justo en esta tensión se juega nuestra inventiva, creo que salimos del psicoanálisis de la tacita de plata, y salimos al ruedo para ver qué hacemos, cómo nos movemos y nos posicionamos. No hay una respuesta única, ni salidas únicas respecto al psicoanálisis en Venezuela. Tampoco podemos pensar que el psicoanálisis solo se circunscribe a Caracas, puesto que Caracas no es Venezuela. Desde otros rincones y otros estados estamos intentando hacer existir de un modo posible el psicoanálisis, cobrando los 5$, dejando de viajar, conectándonos vía webex, haciendo lazos de otros modos y eso nos sostiene. No serán las mejores condiciones, quizás deseemos otras, pero hay que hacer con lo que hay, hacer con la no relación sexual.

Estamos haciendo historia, escribimos nuestra historia. En Venezuela no todas las cartas están jugadas, hacemos historia desde lo coetáneo, donde el tiempo es distinto, día a día, un día por vez, donde todo está en movimiento ¿Los psicoanalistas lacanianos en Venezuela estábamos preparados para estos escenarios? Claro que no, ¿los deseábamos? Quizás tampoco ¿Qué podemos construir habiendo caído en cuenta del terreno movedizo en el cual nos movemos? ¿Qué soluciones hay para la sociedad que salga del tema de la polarización y la queja? ¿Qué planteamiento posible tenemos que no abra más la brecha de la eterna polarización, en la cual incluso algunos psicoanalistas han caído? Entonces, ¿Y si un día llueve en verano?


 

Consagrarnos a la extravagancia

por Hilema Suárez Castro (Caracas)

"Si la religión triunfa es porque el psicoanálisis habrá fracasado"
Jacques Lacan [1]

Acción lacaniana
En principio diré que tomar la palabra, dirigirla a los colegas para conversar y debatir sobre los acontecimientos que han venido sucediendo desde hace un buen tiempo en Venezuela, es para mi un alivio y un compromiso. El debate Venezuela se inscribe para mi el marco de la acción lacaniana, es una forma de acción que articula política y psicoanálisis -posiciones imposibles-. Tomado desde el psicoanálisis sería una política enraizada en el inconsciente, que es la política del síntoma.

Por ello, tomar la palabra en este espacio de Escuela es hablar en primera persona, no sin cierto forzamiento ante mis inhibiciones, síntomas y angustias a la hora de escribir. Desde hace unos años tengo la inquietud del por qué lo que nos acontece en Venezuela no ha sido tomado en cuenta por la comunidad de colegas de la AMP al cual pertenezco. Me planteó como hipótesis que quizá el instante de ver nos había envuelto de tal forma que impidió alzar nuestra voz suficientemente alto para ser escuchada.

Sobre un tipo particular de degradación de la vida subjetiva
Bordear con las palabras lo que no anda, lo real que nos invade, es hablar sobre lo doloroso que ha venido siendo para mi las pérdidas migratorias de familiares, amigos, colegas y pacientes. Así como la pérdida de nuestro poder adquisitivo. La idea generalizada de desamparo. La pérdida de los espacios vitales de la cultura y arte. Si bien el espacio de Escuela sigue siendo un antídoto contra lo insoportable de la vida cotidiana éste también ha sido afectado. Un ejemplo de ello es la suspensión de las actividades nocturnas debido a los riesgos asociados a la inseguridad reinante en el país.

Un tipo particular de degradación es un nombre que calza para describir lo que experimento una y otra vez. Mediante esta variación de la lógica freudiana de la vida amorosa, Ricardo Nepomiachi, propone nombrar el malestar subjetivo de nuestra época, "se trata de un reino en el que se ofrece como ideal reducir la palabra a un enunciado sin enunciación, en el que no se reconoce a la excepción que haga posible transmitir la legitimidad, y es en esa medida en que el sujeto queda desamparado y sin posibilidad de encontrar una orientación en la vida y fundar un lazo social" [2].

El orden simbólico ya no es más lo que era
Estamos en la época del Otro que no existe con su contrapartida, el ascenso del objeto al cenit del socielo, lo que se traduce en Venezuela a través de un gobierno con ropajes de izquierda pero que sin ningún escrúpulo ha convertido al país en objeto de saqueo y negocio. Cada vez más se desnuda su fuerte influencia militar ante la imposibilidad real de ganar nuevas elecciones. Se palpa un declive de la institucionalidad que desdibuja el poder judicial y resulta en ataques frontales al sistema legislativo. Recordando a Bauman, lo simbólico-líquido ha ido diluyéndose como agua entre las manos conforme la popularidad del gobierno del Presidente Maduro ha ido en caída libre.

El triunfo de la política como religión
En Venezuela hemos asistido al triunfo del amo feroz de Totem y Tabú, en donde se ha pretendido acallar el disenso, las diferencias y las minorías para ponerlas a todas bajo sospecha. Desde el poder se ha construido un diccionario a la medida. Es una neolengua del poder donde hay una definición acomodaticia de términos en boga como golpe de estado, terrorismo, y elecciones diferidas. El Otro no existe, existe bajo el régimen del miedo, de la represión. Es llamativo que los agentes del orden están ausentes y sólo contamos con su presencia cuando hay manifestaciones en contra del poder.

Una acción extravagante en la ciudad
Como psicoanalista-ciudadana tomar la palabra significa ir a contrapelo del silencio amigo íntimo de lo pulsional. Desde la escuela decidimos crear un Centro de Atención Psicoanalítico CPA de la Nel Caracas dirigido a atender las urgencias subjetivas producto de la situación actual. Tomando las palabras de Miquel Bassols [3], "Allí donde está la subjetividad de la época el analista - los analistas- deben advenir."

Termino mi intervención recordando el llamado que nos dirige Lacan desde está entrevista cuyo título retumba en mis oídos como una advertencia: "El triunfo de la religión". De tal manera que los psicoanalistas como amigos de lo real nos ocupamos de lo inmundo del mundo, en otras palabras, nos las tenemos que ver con lo que no anda. Por ello estamos forzados a sufrirlo, es decir, a poner el pecho todo el tiempo. Para ello es necesario que estén extremadamente acorazados contra la angustia. La indicación entonces es Ir más allá del orden del paterno y los sueños de restitución para consagrarnos suficientemente a la extravagancia, -la cual- "quizá este sea el camino por el que puede esperarse un futuro del psicoanálisis".

NOTAS

  1. «El triunfo de la religión» proviene de una «conferencia de prensa» mantenida en Roma el 29 de octubre de 1974, en el Centro Cultural Francés, con motivo de un congreso. Lacan fue entrevistado por periodistas italianos.
  2. "Por qué el psicoanálisis no es revolucionario sino subversivo". Por Pablo Chacón. Revista Ñ, Clarín,
  3. Miquel Bassols, "El psicoanálisis continuará siendo polémico, una piedra en el zapato del mundo contemporáneo".

 

El Debate Venezuela, una cuestión de acción lacaniana

por Gabriela Urriolagoitia (La Paz)*

El primer impacto, no sin angustia
No puedo empezar este debate sin hablar de los efectos que los últimos sucesos en la AMP, me han producido en lo personal.Primero una petición de Miller para firmar contra Marine Le Pen a la que por supuesto accedo y a los pocos días, un pedido de los colegas venezolanos parafirmar por el estado de derecho en Venezuela, en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Algo de angustia se hizo presente a partir de esta aparentecontradicción que me interpreta. Contradicción que se hace más evidente aún: es imposible no estar afectada por el malestar de mis colegas venezolanos, no solopor mi actual función en el CE de la NEL que ha hecho que los lazos crezcan porque trabajo muy de cerca con algunos de ellos, sino también por los años que este tema hace ruido en varios de nosotros. Imposible nosolidarizarse con lo que están viviendo y no firmar. Pero entonces: firmar por Venezuela ¿es apoyar al Discurso Capitalista, a la segregación y al odio encontra de los que nos convoca Jaques-Alain Miller? ¿Cómo salir de este embrollo?

La Escuela, un refugio contra el malestar en la cultura
Acá más que nunca, cobran sentido para mí, las palabras de Lacan cuando dice que el lazo social analítico, y por tanto laEscuela, son un refugio contra el malestar de la época. Discusiones en el CE de la NEL y en la comisión de Acción Lacaniana que coordino, hacen posible no dejarse tomar por las pasiones. Ponerla angustia al trabajo y pensar lo que está pasando bajo la premisa de la Acción Lacaniana es la posibilidad que encuentro como vía de salida. Se tratade biendecir a la luz de lo analítico, lo que está pasando actualmente, en esta coyuntura política y social. Reencantar el mundo al modo de la sesiónanalítica, que implica "que lo que vivo merece ser dicho"[1], es cómo entiendo el llamado de Miquel Bassols, a hacer de estos acontecimientos, undebate en el interior de la AMP. Constituirnos como partenaires de la civilización, tal como nos lo propone Eric Laurent.

El analista, un exiliado en el interior
Entonces no se trata de estar a favor de la derecha o de la izquierda. Ya nos lo advertía Miller el 2003: "Lacan hacedel hombre de izquierda un fool, del hombre de derecha un knave. Por un lado, el bufón que dice verdades sin consecuencias, por el otro, el canalla que seacomoda al orden del mundo."[2] Y nos lo vuelve a recordar este 22 de marzo pasado, en su STACCATO DE L'ACTU. Frente a ello, unanalista que no cede sobre su deseo. El deseo q nos anima se sostiene sobre la idea de Lacan de que la sociedad como tal, no existe, es ilusoria y precisa deun acto de fe. Ubicarlo es lo que nos permite a modo de agujero, causar nuestro deseo, un deseo que nos lleve a tomar una posición, y dejar de ser extranjerosen la ciudad. Pero esto implica despojarse de los S1 del discurso del amo: tales como la Derecha, la Izquierda, el socialismo. Porque cuando nos hacemos,a título de sujetos, representar por alguno de esos significantes, en el campo del Otro social, hemos quedado tomados por el discurso del amo. Más bien eldiscurso analítico se propone como su reverso, en la medida en que rechaza al significante amo y cuestiona como tal, a la sociedad.

No ser extranjero en la ciudad implica sin embargo, ser un exiliado en el interior, tomar una posición de extimidad. Asíel psicoanalista, al modo del débil mental, no se inserta en ninguno de los discursos. Este fuera de discurso, le permite al analista hablar la lengua delOtro, pero para decir lo que el Otro no quiere escuchar.

Y ¿para qué? Para hacer psicoanálisis porque Lacan nos dice que no hay clínica del sujeto sin clínica de lacivilización. Para hacer avanzar al psicoanálisis, porque el psicoanálisis no puede avanzar en regímenes políticos donde una postura totalitarista yhomogenizante, forcluya la singularidad. Pero tampoco se puede practicar el psicoanálisis en una sociedad donde las consecuencias de los manejos políticosy económicos de sus gobernantes coarten la libertad de desplazamiento, o lleven a sus ciudadanos al éxodo al que en los últimos años, los colegas venezolanos,se han visto forzados. Cada vez más las condiciones para el psicoanálisis, tanto en su transmisión como en su práctica se ven obstaculizadas y mermadas.Por eso he firmado ambas peticiones, pero no para militar. Miller nos convoca a no ser militantes, a decepcionar a los militantes, haciendo por el contrario,caer los ideales, las identificaciones y los significantes amo. Eso nos lleva a hacer vacilar los semblantes, esa es nuestra acción en la ciudad. Hacer vacilar los semblantes, pero no sin hacernos cargo de las consecuencias que esto tiene, produciendo a su vez, conun esfuerzo de poesía, un reencantamiento del mundo a través de nuestro biendecir.

Y ¿qué decir entonces de ambas coyunturas políticas?
Una posible lectura es ubicar a ambas, como efecto del Discurso del Capitalista: sujetos, Le Penn y Maduro que no se hacen representar ya por los significantesdel Otro de la tradición, la tradición política en este caso. Pienso a los significantes tales como democracia, socialismo, izquierda o derecha, ya nocómo significantes amo que adquieren su valor representativo del campo del Otro. Se trata de sujetos que construyen sus propios significantes amo, ante lalibertad que la inexistencia del Otro, de nuestra época posmoderna, les ha otorgado. Construyen sus propios significantes a la medida de su goce, para elusufructo de su goce. Al tratarse de una dialéctica subjetiva no regida ya por el amo, acceder a funciones de poder o perpetuarse en ellas, significa erigirse y encarnar ellos mismos, el lugar delamo.

Frente a esto, el psicoanalista responde con la humildad de su acto y de su acción, estando advertido de que debe renunciar a la nostalgia.

NOTAS

* Responsable de Acción Lacaniana del Comité Ejecutivo de la NEL.

  1. Miller JA, Un esfuerzo de poesía, Ed. Paidos, Buenos Aires 2016, pg. 160
  2. Miller JA, "Lacan y la Política", en Punto Cenit, Colección Diva, 2012, pg. 36

 

El "basta" de Lacan o el despertar desde Medellín

por Johnny Gavlovski (Caracas)

Uso el significante "despertar" parafraseando a mi colega Diana Ortiz. Despertar frente a estar imbuido en la política de lo Real. Pero voy más allá, ¿de cuál Real?, ¿del de mi cotidianidad como venezolano?, ¿Cómo analista venezolano? ¿O frente un Real que atraviesa el principio de affectio societatis de nuestra AMP?

Confieso mi estupor ante el escrito primero de Jorge Alemán (no me lo esperaba), y luego, de aquellos que opinaban desde su quehacer teórico y no desde una realidad tangible. Leí sus escritos mientras bajo mi ventana, cinco mujeres y tres niños escarbaban en la basura buscando algo de comer, tragedia que sucede todos los días, de 7 a 8 pm, al cerrar la panadería de enfrente. Releía a Alemán, y a sus lectores, apostando por una ideología… y allí el problema, la apuesta por las ideologías que resuenan bien en la distancia, con el estómago lleno, y un buen tinto en mano. Las ideologías que resuenan bien en los intereses particulares, y que para sostenerlos, se hacen dogmas. Nada más alejado del psicoanálisis, que eso. Bien lo remarca Carlos Márquez: "No es la Realpolitik, sino la política de lo Real"

Decía affectio societatis y recuerdo la definición: "Intención que debe animar a los asociados, de colaborar en un pie de igualdad"[1] Desde ésta, retomo la idea de la ideología y su peligroso borde de dogma. Retomo también el boletín 1 de este debate, y vuelve un párrafo alarmante de Diego Valverde (Santa Fe). Lo cito: "En la EOL no se puede disentir. Está prohibido no identificarse con la dudosa izquierda kirchnerista, emparentada con el régimen que hoy somete a Venezuela. La izquierda argentina es, por otra parte, uno de los sectores económicos más poderosos del país. Si alguien osa expresar su disenso con esto que es una extraña identificación masiva en el seno de la Escuela, es "excomulgado" o por lo menos seriamente sospechado"

El significante excomunión no es ajeno a ningún psicoanalista lacaniano. Lo conocemos de sobra desde los efectos que tuvo en la vida de Lacan. Y leyendo y releyendo esto cobra una particular dimensión las palabras de José Fernando Velásquez (Medellín). Cito: "jalón de orejas" (por romper un silencio)… Más adelante: "¿Por qué esa política está sometida a intereses, ¿por qué para Francia sí hay manifestaciones y para Venezuela no?, ¿por qué tantos atentados que nos han afectado en nuestras latitudes no han sido dignos de una manifestación solidaria de Escuelas o comunidades de la AMP?". Y más adelante Velásquez requiere aclarar: "No es asistencialismo" (¿Será esto – asumo – la discreta punta de un iceberg?)

Pido a quienes me lean se detengan un momento y recorran este trayecto, desde el inicio. Alemán, mis colegas de Caracas, Valverde en Santa Fé y lo que con finesa destaca Velázquez. ¿No es acaso esto un malestar en nuestra cultura psicoanalítica? Y en nuestra región: ¿a qué apostamos? ¿Por qué el grito latino, para los latinos, es menor que el de Francia, o el de Mitra Kadivar? ¿Qué guiño hay detrás de todo eso? ¿En qué momento el affecto societatis levanta la sospecha de asistencialismo?

Antonio Aguirre (Guayaquil) viene desde hace años advirtiendo esta situación, y en su reciente escrito para este debate vuelve a advertir: "El psicoanálisis no está en nuestras vidas para avalar los ideales de masas. Si tenemos que optar por un mal menor es a cuenta y riesgo de un porvenir incierto para la causa freudiana"

A pesar de tener hoy los ojos irritados por las bombas lacrimógenas mi vista recorre los libros de historia del psicoanálisis y llego a Lacan, a ese Lacan que varias veces supo decir "basta" cuando veía que las cosas no iban… Tropiezo con ese neologismo suyo: "hainamouration", que señala ese momento álgido, de reversibilidad, entre el amor y el odio.

La "hainamouration" se me torna tan delgada como una superficie de hielo… Quizás la que pisamos cuando somos ciegos ante un Real, por preferir la mascarada de la ideología. Lacan, estoy seguro diría "basta", "basta", "basta"… Trato de apaciguar mi desconcierto, el ardor en mis ojos, el dolor de esta guerra que vivo, en las palabras de J.F. Velázquez… O mejor aún: en el "despertar desde Medellín"

NOTAS

  1. Recuperado 22/04/17 http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/affectio-societatis/affectio-societatis.htm